1. Evitar fumar en el interior de la casa. No sólo por las razones bien conocidas y para no obligar a tu bebé a convertirse en fumador pasivo desde la cuna, sino porque el humo del cigarrillo provoca irritación en los pulmones. Y es muy difícil dormir cuando se tienen ronquidos y accesos de tos.
2. ¿Te asaltan deseos de chequear a cada rato si está durmiendo bien? Vas a tener que controlar las ganas o usar esos aparatitos que te transmiten a distancia los sonidos del bebé. Las entradas y salidas de mamá interrumpen el descanso y quitan autonomía.
3. Una buena opción es dejar la puerta entornada o abierta. Esto da sensación de tranquilidad al bebé y a sus papás.
4. Si el papá se involucra desde el comienzo en el rito de ir a dormir, su influencia será cada vez mayor y más beneficiosa. El padre aporta cariño, interés y una sensación de autoridad que a veces la madre no puede tener en esta primera etapa.
5. Es bueno acostumbrarlo a no cambiarle los pañales durante la noche. En el último cambio es recomendable ponerle una crema protectora por si hace mucho pis, para controlar posibles daños a su delicada piel.
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