
Los dispositivos para colocar en la frente del niño o en los chupones, arrojan valores de temperatura poco confiables.
En los niños pequeños resultará preferible utilizar un termómetro rectal y en los mayorcitos se puede medir la temperatura utilizando un termómetro bucal. Los termómetros digitales resultan más prácticos, rápidos y fáciles de leer. Los termómetros timpánicos son costosos y poco precisos, por lo que los pediatras cada vez los aconsejamos menos.
Cuando la temperatura asciende por encima de los 37,7 grados hablamos de fiebre, la cual puede deberse a numerosas causas tales como: infecciones virales, bacterianas, parasitarias o micóticas, enfermedades inmunológicas, tumorales y otras.LEER MAS..
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